viernes, 19 de agosto de 2011

Romeo&Julieta






No hace tanto tiempo una humedecía las bragas pensando que cualquier noche, un Romeo vendría a salvarla con besos turbadores y apasionados y se la llevaría lejos, al País de Nunca Jamás para ser felices y comer perdices.
Pero hete aquí que años después los Romeos andan perdidos porque las Julietas no queremos ser salvadas, Mercucio y la Nodriza están agradecidos porque les explotan durante 15 horas al día por dos duros en un resort en Ibiza, Los Capuletos y los Montesco siguen siendo enemigos, ahora políticos, el florete ya no se estila.. una pena; y lo más parecido al País de Nunca Jamás es cualquier garito vintage de Malasaña.. todo fachada..

Así que hoy voy a abrirme una cerveza bien fría y a brindar porque crecer es un asco... tan triste e inevitable como la historia de Julieta y su Romeo.

Salud!

miércoles, 10 de agosto de 2011

Sofi, Nacho y compañía

En mi día a día me cruzo con mucha gente.. en la calle, en la biblioteca, en los bares, en las plazas.. gente, gente y más gente por todas partes... Madrid...
A veces entre la gente, se cuelan una, dos, tres Personas...
Personas que ríen con los ojos, que sienten, que hablan, que escuchan..
Personas que irradian luz cuando se besan...
Personas que han aprendido palabra a palabra, letra a letra, verso a verso, la fórmula del tú-yo-nosotros, y la repiten y practican cada día para no olvidarla...
Personas que crean vida para afrontar el riesgo y la incertidumbre...
Personas que hacen de su vida un arte, mag@s de la cuerda floja que mantienen la tranquilidad y el equilibrio ante el vértigo de vivir con una sonrisa en la cara y una flor en la solapa...
Personas que me hacen creer y recuperar la Fe..
La Fe? Que temática tan apropiada en los tiempos que corren... La Fe...
La Fe en mí misma y en los principios (y finales) que tantas veces dejo olvidados en el camino...
La Fe en que entre tanta gente siga encontrando Personas que me devuelvan la Fe..



martes, 2 de agosto de 2011

Maletas y despedidas



Cada cara, cada palabra, cada lágrima, cada mirada, cada sonrisa, cada problema, cada caricia, cada abrazo, cada golpe, cada intento, cada caída, cada solución. Todo. Recordaba a la perfección cada detalle del último mes, y sin embargo se despertó con esa sensación que dejan los sueños que no puedes recordar. Con un agujero entre el pecho y el estómago. No era la primera vez y con toda seguridad no sería la última. Maletas y despedidas. Despedidas y maletas. Suelen ir de la mano. Tristura por la distancia, por el tiempo que se escapa entre los dedos como arena seca sin darnos la oportunidad de rascar más allá de la superficie, por la incertidumbre de no saber cómo, cuándo y dónde surgirá el próximo encuentro, si lo hay. "Malditas despedidas, me están volviendo viejo" cantaba el maestro.
Se levantó de un salto, abrió la mochila, acomodó el nuevo bagaje y se la cargó de nuevo a la espalda. Hoy no quería "perder" el tiempo. Salió a la calle con una sonrisa pintada en la cara y una chispa iluminando sus ojos. Era uno de esos días extraños en que el verano moja las calles de Madrid.
Extraños y maravillosos... como la vida misma.


Gracias chic@s!